Felipe Ruiz Martín: un historiador europeo –

La historiografía europea de los años 50 y 60 era aún muy ‘nacional’, en el sentido de que la francesa era muy francesa, la inglesa muy inglesa y la italiana muy italiana. Había, ciertamente, modos internacionales de construir y abundantes relaciones entre historiadores de distintas naciones, pero nada podía impedir que fuera distinto el analismo francés al germano, o el marxismo inglés al italiano. Quizá incluso pudiera hablarse de una cierta ‘coquetería de la diferencia’ en cada una de estas historiografías nacionales, con independencia de reconocer -como se reconocía- la primacía de la historiografía francesa.

En España también existía una cierta historiografía nacional, es decir, un denominador común del hacer historiográfico. Desde luego, era de los más pobres y aislados de Europa occidental. Pero podía haberse mostrado, a fuer de nacionalista, orgulloso de sí mismo, y haber hecho ostentación de que España era diferente.

Esto no ocurrió. El mundo de los historiadores académicos españoles padeció un consciente complejo de inferioridad internacional. Lo escrito por los hispanistas era necesariamente mejor que lo escrito por los españoles, y el afortunado que había visitado universidades del exterior -por breve que hubiera sido la estancia- volvía nimbado por el aura de haberse lavado en el Ganges de la modernidad. Nadie contradecía este parecer: era evidencia asentada.

Felipe Ruíz Martin se benefició de esto, pero él fue realmente bueno.

Añade un comentario

Tu correo electrónico nunca será publicado. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*